Raquel (c): "Galgo con tramojo"

Covarrubias nos da esta definición de lo que entiende por tramojo:

"Aquella parte de la mies que aprieta el segador en la mano, que es lo más bajo de la caña y lo más duro; y díjose así, cuasi trasmanojo, porque cae detrás de la mano. Por otro nombre se llama granzones, los cuales no comen las bestias reagaladas, ni aun las que no lo son, si no es con mucha hambre; y de aquí nació un proverbio que dice: ´Buen tramojo tiene que roer´, de aquel que está apretado con alguna dificultad o necesidad."

Autoridades recoge dos acepciones de esta voz: la dada por Covarrubias, que transcribe tal cual, citándole, y esta otra:

"Se llama tambien el vencejo, o atadero, que de lo más correoso de la mies sirve para atarla. Lat. Manipuli vinculum, vel ligamen. CHRON. DE S. FERN. cap. 18. Lo primero que mandó a la gente de pie fue que hiciesen muchos tramojos, y llevasen muchos cordeles para llevar a los cristianos, que prendiesen."

Academia mantiene estos significados en sucesivas ediciones hasta la correspondiente al año 1869, en la que añade una nueva acepción de uso familiar:

"fam. Trabajo, apuro. Es más usado en plural."

En la edición de 1925 aparece otro significado distinto de los anteriores:

"Amér. Especie de trangallo que se pone a un animal para que no haga daño a los cercados."

Nos vamos a la voz trangallo, en la misma edición de 1925, que define Academia así:

"m. Palo como de medio metro de largo, que en el tiempo de la cría de la caza se pone pendiente del collar a los perros de los ganados que pastan en los cotos, para que no puedan bajar la cabeza hasta el suelo."

He dedicado unas cuantas horas a buscar en La Red una imagen de un perro con un tramojo, trangallo, taragallo o tarangallo, y no he sido capaz de encontrarlo; de modo que, como la que yo conservo en mi memoria es la de los galgos de algunos vecinos cazadores paseándose por las calles del pueblo, le he pedido a Raquel que me dibujara uno, para ponerlo al frente de esta entrada.

En la edición de 1927 añaden una nueva voz al texto de la cuarta acepción:

"Amér. Especie de trangallo o trabanco."

En la edición de 1950 especifican que esta cuarta acepción es usual en América Central y Bolivia, y en la de 1992, última consultada, las definiciones de esta voz quedan así:

"( De or. inc.) m. Vencejo hecho con mies para atar los haces de la siega.// 2. Parte de la mies por donde el segador la coge y pone el tramojo a la gavilla. // 3. fam. Trabajo, apuro. Ú. m. en pl. // 4. fam. Amér. Especie de trangallo que se pone a un animal para que no haga daño en los cercados."




Corominas dedica a esta voz una página y media, de las que extraemos lo siguiente:

"´Atadura para sujetar un preso, para atar los haces de la siega´; ´palo que se pone a los animales para trabarlos´. En portugués, trambolho; origen incierto, quizá tramuculum, derivado del lat. trama, ´cadena del tejido´, como nombre de un hilo gordo de cáñamo.
Suponiendo que en port. tramolho, hoy conservado en gallego, se alterara en trambolho por haberse producido una mezcla entre las formas de esta palabra y las de taravela, ´tarabilla´, ´aldaba´, ´tramojo´, mezcla en cuya virtud ésta se cambió en taramela y trambelho, aunque es palabra derivada de traba. 1er. doc.: h. 1290, Crónica Gral....
"

La voz aparece en los capítulos 1042 y 1044. El primero de ellos se titula "...De como Abenhut asono toda el Andalozía contra el infante don Alfonso et contra los cristianos". Dice así:

"El rey Abenhut de que uos ya contamos, desque sopo estas nueuas quel venien de todas partes del Andalozia, enbio apellidar toda la tierra de la mar a aca que fuesen con el alli en Xerez. Et lo vno, por el apellidamiento muy grande que era en la tierra de todas partes, et lo otro, por el mandamiento apresurado del rey Abenhut, començaron a venir moros de todas partes. Et Abenhut que uio alli su poder grande, et el de los cristianos muy pequenna hueste contra la suya; como quier que la hueste de los cristianos grande pareciese por el apresuramiento de la priesa que los apresonaua mucho, enpero, con todo eso, era todo nemigaia contra la uista del poder de los sus enemigos, ca sin cuento era grant la caualleria de los moros, pues al de la gente de pie non es quil dar suma podiese, saluo que sierras et canpos todo era cobierto de todas partes. Don Abenhut començo a mesurar la hueste de los cristianos, et pues bien ouo asmado et entendie quanta la gente podie ser, et quanta la priesa, et uio que se non podian tener en campo nin se le defender -ca sin falla así pareçeria a quienquier que el vn poder et el otro viese, saluo el poder de Dios que es grande, que acorre a los suyos -mando luego fincar sus tiendas en el oliuar entre los cristianos et la uilla. Et luego lo primero que mando, que la gente de pie que feziesen tramoios et que leuasen sogas para leuar en ellas los cristianos catiuos; et non fue este mal ordenamiento, ca bien fue y mester para ellos."
(Págs. 725-726)

Como puede verse, la cita que incluye Autoridades no es muy diferente de lo que se dice al final de ésta, siendo, como son, dos crónicas escritas en distintas épocas.

El segundo capítulo se titula "....De la batalla, et de la buen andança de los cristianos et de comma sa vençido Abenhut". En él aparece la mítica figura de Santiago Matamoros a lomos de un caballo blanco, con una bandera en una mano y la espada en la otra, seguido de una legión de caballeros y de ángeles, que logran arrinconar al rey de los gazules a las puertas de Jérez, matándole a él y a gran parte de sus huestes. Tomada la plaza y sus alrededores, con los moros muertos, cautivos o en fuga, los cristianos comienzan el saqueo. En este punto, dice la Crónica:

"Desque los cristianos ouieron el canpo robado, fueron desçender en las tiendas de los moros; et fallaron las tiendas tan pobladas, que non ouieron mester tomar afan de enbiar a otra parte por lo que mester ouieron; et dizen que en quanto y estodieron que non quemaron fueras astas de lanças quebrantadas. Et esas sogas et esos tramoios, que para ellos eran fechos, fueron llenos de aquellos que para ellos los auian fechos."
(Pág. 727)

Corominas considera que "Covarrubias da una definición algo extraña, no confirmada por fuentes independientes, quizá debida a un quid pro quo, y de todos modos sospechosa por la extravagante etimología a que sirve de base"; y añade:

"De Covarr. pasó esto a la 2ª ed. de Oudin (1616, pero falta en 1607), a Aut. y sigue repitiéndolo hasta hoy la Acd. No hay prueba alguna de tal cosa, pues en el refrán que cita Covarr. (y que, por lo visto, fue su punto de partida) (...) se trata, naturalmente de la atadura del preso o del animal. (...)"




Ni el Manuel Seco ni el María Moliner recogen esta voz, y la Enciclopedia Espasa-Calpe transcribe lo dicho por Academia.
Hablas Andaluzas nos ofrece tres acepciones:

"m. Pedazo grande de pan, carne, etc. que se echa uno a la boca. (...) //2. Deshollinador. (...).// 3. Tramujo, embuste, cuento. (...)"

En el Diccionario de Americanismos e Indigenismos, de Marcos A. Morínigo, nos explican con más detalle lo que se entiende por un tramojo en Hispanoamérica:

"(Del latín trabuculum, de trabs, trabis, madero) m. Cen., Arg., Bol., Col., Chi., Méx., y Ven. Triángulo de madera que se pone en el cuello de los animales, para que no puedan traspasar cercos ni alambrados. // Chi. Traba que se pone en los cuernos del ganado. // Palo grueso que se coloca al perro pastor en el cuello para que no muerda a las ovejas. // Méx. Horca que se coloca en el cuello a los cerdos y otros animales para que no traspasen las cercas ni entren en sitios en que puedan hacer daño."

El tramojo, como otras voces, forma parte de frases hechas y refranes, como ya vimos en Covarrubias. Algunos son éstos:

- "No le dijo perro pero le mostró el tramojo".- Advertir indirecta pero severamente una actitud, una determinación o una reclamación; frase echa para significar el agravio que una persona irroga indirectamente a otra. (Charles Minguet.- "Canaima, de Rómulo Gallegos. Notas explicativas")

-"Parece soltado de tramojo".- Enseña que quien ha estado privado de libertad y no tiene el hábito de abstenerse, se entrega a los desórdenes una vez que está libre. (Emilio Robledo.-"Papeletas lexicográficas")

-"Según el buey es el tramojo".- Que lo actos que se ejecutan en favor o en contra de una persona, deben estar en relación con la impotancia de ella. (Carlos Villafuerte.- "Refranero de Catamarca")

-"Cada perro tiene su tramojo".- Refrán popular que en forma declarativa significa lo que enuncia. A saber: que cada uno tiene sus propios obstáculos. Se usa para sancionar situaciones en las que alguien se queja o descubre que no puede hacer lo que querría. (Juan Palomar de Miguel.- "Diccionario de México")




Las Ordenanzas de Ávila datan del año 1485. En la ley XXIX dice:

"Que los perros esten atados en ciertos tiempos fasta que se coja la huva.= Hordenamos e mandamos que qualquiera que toviere perro o perros en los lugares de la tierra de avila donde aya viñas dende prymero dia de agosto fasta cogido el fruto de aquel lugar de dia o de noche sea obligado a lo tener atado o con tramojo o con garavato. En otra manera peche, si fuera de su casa le fallare el tal perro como dicho es, E pague seis marevedis cada vez para el concejo del tal lugar, o para el arrendador de las penas del tal lugar o concejo. Pero que los perros e mastines de ganados sean obligados en este tiempo, de traer cencerros, e que ninguno non sea osado de matar perro nin ponerle tranpa ni cepo nin otros armandiles, so pena que el tal perro matare o tales armandiles fisiere, que peche al señor del tal perro seyscientos maravedis, E que destos aya la justicia cien maravedis porque lo execute, e que el vinadero en todo lo susodicho sea creydo por su juramento."

A Sebastián de Horozco ya le hemos nombrado en Palabraria al estudiar la voz trasgo. En esta ocasión traemos otra obra suya, titulada "Teatro Universal de Proverbios, Adagios o comunmente llamados Refranes o Vulgares que mas ordinariamente se usan en nuestra España", que escribió entre los años 1560 al 1580, pero que no vio publicada en vida. Uno de ellos lleva el número 2751; dice así:

Recia cosa es ver/ la muerte al ojo

Si el hombre por dicha siente
que alyen le viene a matar
recobra subitamente
el animo mas valiente
para poderse escapar
por poder decir despues
que a roydo buen tramojo
y a veçes pone los pies
porque recia cosa es
ver hombre la muerte al ojo.

El poeta y sacerdote Juan de Castellanos compuso unas "Elegías de Varones Ilustres de Indias", que vio la luz pública en el año 1589. Está dividida en cuatro partes; las dos que hemos elegido corresponden a la Primera.
En la Elegía IV, Canto V, dice su autor:

Habeisme dicho, para prueba desto,
Sopatin y los suyos ser testigos,
y atodos es negocio manifiesto
que somos capitanes enemigos;
y por envidia de me ver bien puesto
con los que sabe que me son amigos,
las tramas y maldades quél intenta
procura que se pongan en mi cuenta.

Consúmese de ver que Alonso priva,
como quien a traiciones tiene ojo,
y es por demás su voluntad nociva
y el procurar roer este tramojo;
mas él bien sabe que como yo viva
no podrá daros el menor enojo;
deshágase con ínvido veneno,
quél quedará por malo, yo por bueno.

En el final de la Elegía VI, Canto VI escribe:

Con grillos, con cadenas o tremojos
los indios en los barcos son metidos,
mitigándose mucho los enojos
de los daños atrás acometidos;
con la presa volvieron y despojos
a donde fueron muy bien recebidos;
y los demás negocios desta gente
os diremos agora brevemente.




Otro sacerdote y poeta andaluz , el padre Cayetano Fernández, publicó muchos años más tarde unas "Fábulas ascéticas en verso" (Imprenta de D. A. Izquierdo, Sevilla, 1864) dividida en cino libros; del tercero hemos escogido la fábula que lleva el número XXI, cuyo título es "Los improperios":

Por cobrar una pingüe y rica herencia
Blas emprende un viaje;
no va en ferrocarril, ni en diligencia,
no lleva ni equipaje.
!Qué indigencia!

Y luego que, pasados los abrojos,
y al término cercano,
aguardan, el buen fin de los tramojos
y la herencia en la mano,
ver sus ojos.

-!Ya no más, ya no más! -dice el viajero-
Yo me vuelvo a mi casa;
me aburre transitar este sendero.
-Mas...¿la herencia sin tasa?
-!No la quiero!

-!Bárbaro, imbécil! -le gritó un paisano-
!Bribón, paleto, zote,
estólido, jumento, casquivano,
salvaje y hotentote,
gran marrano!

!Estúpido, ridículo, bergante,
mentecato, zopenco,
zambombo, ganapán, pillo, danzante,
alcornoque, mostrenco,
gran tunante!

!Gaznápiro, zoquete, torpe, avieso,
cuadrúpedo, bolonio,
caribe, zrramplín, tarugo, obseso,
pelgar, necio, demonio,
gran camueso!

¿Cómo así la razón se te oscurece,
desdichada criatura?
!Oh, sufre, si mi lengua te escarnece,
pues tu rara locura
lo merece!

Luego el Fiel, que cercano a la victoria
se torna a bridas sueltas
al vicio, prefiriéndolo a la Gloria,
¿no merece dar vueltas
a una noria?

Nadie piense librarse de la hoguera,
(la Escritura lo advierte)
sino aquel que, con ansia verdadera,
constante hasta la muerte
persevera.





José Hernández escribió la expresión familiar "como perro con tramojo" en "La vuelta de Martín Fierro":

24. Las Elecciones

Me le escapé con trabajo
en diversas ocasiones;
era de los adulones,
me puso mal con el Juez;
hasta que, al fin, una vez
me agarró en las eleciones.

Ricuerdo que esa ocasión
andaban listas diversas;
las opiniones dispersas
no se podían arreglar:
decían que el Juez, por triunfar,
hacía cosas muy perversas.

Cuando si riunió la gente
vino a proclamarla el ñato,
diciendo, con aparato,
"que todo andaría muy mal
si pretendía cada cual
votar por un candilato."

Y quiso al punto quitarme
la lista que yo llevé;
mas yo se la mesquiné
y ya me gritó..."!Anarquista,
has de votar por la lista
que ha mandao el Comiqué!"

Me dio vergüenza de verme
tratado de esa manera;
y como si uno se altera
ya no es fácil de que ablande,
le dije..."mande el que mande
yo he de votar por quien quiera."

"En las carpetas de juego
y en la mesa electoral,
a todo hombre soy igual;
respeto al que me respeta
pero el naipe y la boleta
naides me lo ha de tocar."

Ay no más ya me cayó
a sable la polecía;
aunque era una picardía
me decidí a soportar,
y no los quise peliar
por no perderme ese día.

Atravesao me agarró
y se aprovechó aquel ñato,
dende que sufrí ese trato
no dentro donde no quepo:
fi a ginetiar en el cepo
por cuestión de candilatos.

Injusticia tan notoria
no la soporté de flojo;
una venda de mis ojos
vino el suceso a voltiar:
vi que teniamos que andar
como perro con tramojo.

Dende equellas elecciones
se siguió el batiburrillo,
aquel se volvió un ovillo
del que no había ni noticia:
!Es Señora la justicia....
y anda en ancas del más pillo!


Esta misma expresión se utiliza en una copla popular de Jujuy:

Rodas me dicen casate,
yo no haré llorar mis ojos,
para que después me tengan
como perro con tramojo.

(Juan Alfonso Carrizo.- "Cancionero Popular de Jujuy")




Camilo José Cela puso esta expresión, un poco alterada, en boca de uno de los personajes de su novela "La Catira":

"-Mién, cuñaos -les dijo don Juan Evangelista a sus amigos-, la gente e pu acá se la pasa en una puritica hablaera, pues.... Yo no quieo meteme en na, ¿saben?, yo no quieo cuentas con tóos estos guareros... Yo prefieo no llamá perro a naide, pues, a ve si tién bastante con que les enseñe el tramojo...."
(Primera Parte, Cap. V: "Güeno, pues...", págs. 135-36)

No incluyó la voz, en cambio, en su "Diccionario Secreto" o en la "Enciclopedia del Erotismo" como sinónimo de pene. Debió de ser una ocurrencia de Francisco Acuña de Figueroa, que la puso en los versos de su "Nomenclatura y Apología del Carajo":


....Muchos suelen llamarle el trompo, el sapo;
otros, el motilón y el calabrote;
los músicos, la flauta, o el fagote
y el artillero espeque, o sacatrapo.

Siguiendo a la metáfora la hebra
llámanle el narigón, el nene, el chato,
el tramojo, el merengue y de barato,
van péndulo, panal, bicho y culebra.



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